miércoles, 18 de febrero de 2009

Más que un sueño, ir a la NASA es un aprendizaje


Sentarse en la cabina de un transbordador para una simulación de viaje a una estación espacial o caminar sin gravedad como si estuvieran en la Luna son algunas de las experiencias inolvidables que vivieron en la NASA once chicos de escuelas de San Luis, que disfrutaron y aprendieron en la estación espacial, luego de triunfar en las Olimpíadas Sanluiseñas del Conocimiento 2008.

Volverán al país hoy, después de haber presenciado el lanzamiento del transbordador Discovery, en el viaje de casi dos semanas por Orlando y Miami, organizado por la Universidad de La Punta, de San Luis. Para muchos, era la primera vez que salían de la Argentina y, al dialogar con LA NACION, no podían esconder su felicidad.

"Yo me quedo a vivir acá. Les voy a avisar a los organizadores y a mis padres", declaró Timoteo Herrera, de 16 años, con un tono muy serio. Ganador de la Olimpíada de Astronomía, se apasionó por los planetas al visitar el Observatorio del Leoncito en San Juan.

En Miami recorrió el gigantesco planetario del Museo de la Ciencia y explicó a sus compañeros de viaje algunos datos sobre los planetas. "Había cosas que ya sabía, pero aprendí muchísimo", comentó.

Las respuestas de los chicos son unánimes: la visita a la NASA fue lo más impresionante del viaje, mejor que Disney, los hoteles lujosos y el partido de básquet de la NBA.

Sofía Ripa Aballay, que ganó la competencia de Geografía, se quedó fascinada por el lanzamiento del Discovery, que tenía la misión de llevar paneles solares a una estación espacial en construcción.

La Tierra desde lejos

Consciente de haber visto algo impresionante que nadie conoce, Sofía confesó que a ella "le da miedo la velocidad y ver la Tierra tan chica". Además, no le gustan la soledad y el aislamiento de la vida de los astronautas. Con planes de futuro en derecho internacional y diplomacia, Sofía contó cómo fue la convivencia con los otros diez adolescentes, a kilómetros de sus casas.

"Nadie se conocía antes del viaje, pero sé que volvemos a San Luís como amigos", explicó la adolescente, que en marzo empezará a estudiar derecho en la Universidad de Córdoba, al igual que otros compañeros de viaje.

Fernando Salino, secretario de Extensión de la Universidad de La Punta, viajó con los chicos y estaba asombrado por sus conocimientos y sus atinadas preguntas. Contó que el año que viene el viaje de los ganadores de las Olimpíadas del Conocimiento será a Europa, para seguir las huellas de Galileo Galilei, a 400 años de su muerte.

Durante la experiencia en la NASA, los chicos pudieron comer y dialogar con tres astronautas que les contaron su última misión al espacio. Ignacio Fabre relató a LA NACION lo difícil que es ser astronauta. Además de tener que estudiar varios doctorados, prepararse durante ocho años y comer alimentos deshidratados en bolsas envasadas al vacío, al volver de una misión de seis días, hay que "reaprender" a caminar en un ámbito con gravedad, explicó.

El programa ATX (Astronaut Training Experience) mostró a los adolescentes lo que debe soportar un astronauta en el espacio y muchos se marearon al realizar las actividades de entrenamiento. Durante la simulación de vuelo, Timoteo debía seguir las órdenes en inglés del comandante. Y confesó que se estrelló el transbordador porque su copiloto no entendía bien el inglés, lo que derivó en un ataque generalizado de risa.

También viajaron María Emilia Sosa, Andrea Guerrero, Andrea Klusch, Andrea Fátima Risma, Román Oberti, Christian Cadelago y Valeria Moreno.

Con la experiencia cumplida, nadie sueña aún con ser astronauta, misión que todos consideran difícil. Pero algunos trabajarían en la base terrestre de la NASA y a alguna le encantaría "casarse con un astronauta" para quedarse en contacto con "lo mágico que es el espacio", según las palabras de Sofía.


Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1100766

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