La Fundación Fon Bec de Mendoza apoya a 65 estudiantes de muy bajos recursos para que avancen en su formación
MENDOZA.- Las hermanas Antonella y Florencia Suárez lograron este año asistir por primera vez a la escuela Cordillera de los Andes y, a pesar de que lo hicieron cuatro años tarde, por su progreso lograron ser seleccionadas por el Fondo de Becas para Estudiantes.
Viven con su madre en una casa muy pequeña y precaria del oeste de Godoy Cruz, donde proliferan los basurales clandestinos y, a su alrededor, se emplaza uno de los mayores bolsones de pobreza de la provincia.
Las carencias económicas que privan a la familia hasta de servicios básicos, como el agua potable y las cloacas, no fueron impedimento para que las niñas se adaptaran rápidamente a la rutina del aula con un entusiasmo admirable.
Tienen 8 y 9 años, y cursan primer grado del ciclo inicial, pero, si sus progresos educativos persisten, este mismo año pasarían a grados superiores en los que podrán compartir el aula con chicos de su misma edad.
Algo similar se espera de su hermana Tania, de 12 años, que ingresó a tercer año de la misma escuela, pero en julio podría ser promovida a cuarto.
Las tres confiesan a LA NACION que la materia que más las entusiasma es "lengua", en la que se ven sus mayores avances. Pero no sólo fueron becadas por su aplicación al estudio. También cumplieron el requisito de buena conducta y de esfuerzo cotidiano.
Su madre, Julia Fuentes, afirmó: "Por nuestra situación económica, la ayuda es muy importante y la beca es indispensable porque sirve para que las niñas tengan útiles, zapatillas y, algunas veces, se puede comprar comida".
La historia de Antonella, Florencia y Tania es una muestra de las oportunidades de inclusión social que se pueden generar con pequeños proyectos solidarios.
Tras ese objetivo se empeñan los voluntarios mendocinos de la Fundación Fon Bec Mendoza, que lleva casi dos años en la provincia, y ya otorgó becas a 65 estudiantes que con su familia hacen frente a las limitaciones económicas.
"He visto cómo se salvan realidades porque la ayuda da frutos concretos", dijo entusiasmada Rocío Gómez, de 22 años, una de las voluntarias de Fon Bec.
Por su lado, la directiva de la fundación en Mendoza, Graciela Barranco, señaló que la tarea de sus dirigentes y voluntarios es "vincular gente que quiere ayudar con niños y estudiantes que necesitan apoyo".
De este modo, se crearon las figuras del padrino, que es quien aporta dinero mensualmente para solventar la beca de un estudiante beneficiario y se busca que, entre ambos, haya una relación creciente por medio de cartas y contactos personales.
Para la directora de la escuela Cordillera de los Andes, Raquel Jaime, el sistema de becas "es un premio al esfuerzo y a la exigencia. Es la forma de cambiar el país desde la educación".
Pero las necesidades son muchas y saltan a la vista en la escuela a la que asisten las tres hermanas donde ya hay una lista de 80 alumnos de distintas edades que escribieron sus cartas pidiendo ayuda para recibir un padrinazgo por medio de Fon Bec.
La organización creó la figura del mediador, que es un miembro de la comunidad educativa o barrial y se convierte en el punto de partida del proceso como gestor del vínculo entre aquélla y los estudiantes que se destacan. El paso siguiente es acreditar el buen rendimiento educativo y las necesidades económicas, luego el interesado debe enviar una carta en la que fundamenta su pedido y una vez completados ambos requisitos se incorpora en una lista de espera hasta que aparezca el padrino que puede ser una persona o una empresa.
Los montos que se ofrecen van de $ 80 a 150 mensuales según el nivel educativo, desde el primario al universitario, y, en general, se destinan a gastos como útiles escolares, libros, transporte, ropa y hasta alimentos.
Fon Bec tiene filiales en Córdoba, Catamarca, San Juan, Mendoza, Santiago del Estero, Santa Fe, Tucumán, Misiones, Buenos Aires y en Bolivia. Se puede obtener más información en www.fonbec.org.ar .
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1265572
