viernes, 27 de febrero de 2009

Preservarán el viejo Mercado de San Telmo

Los vecinos denunciaron que se demolieron puestos de mármol y los reemplazaron por otros de ladrillos. Pero el Gobierno intimó a la administración del edificio, que prometió no hacer cambios.

POR MERCEDES MENDEZ

Parecía que una joya de la historia porteña estaba en peligro. El Mercado de San Telmo, uno de los pocos centros comerciales comunitarios que quedan en la Ciudad, donde en el mismo espacio se venden los alimentos más frescos del barrio hasta colecciones de estampillas antiguas y jarrones de diez mil dólares, cambió de fisonomía. Los vecinos denunciaron que algunos puestos de mármol de Carrara fueron demolidos y reemplazados por otros de ladrillos comunes y estructuras metálicas que no respetaban la estética del edificio. Pero la dueña del lugar le confirmó a La Razón que se trata de refa c c ione s y aseguró que el mercado mantendrá su tradicional imagen. En una recorrida por el lugar ubicado entre Defensa, Carlos Calvo, Bolívar y Estados Unidos, este diario comprobó que una vieja carnicería, que tenía una mesada de mármol, fue demolida. "El inquilino de este lugar se fue y se llevó unas heladeras muy viejas. Cuando las sacó, se rompió la mesada. Tenemos todo el mármol guardado en el galpón y lo volveremos a colocar como antes", dijo la dueña del mercado, Angela Fernández. Sin embargo, ante los reclamos de los vecinos, el Gobierno porteño realizó una denuncia ante la Policía Federal para interrumpir las obras. "No pidieron permiso. Este edificio forma parte del patrimonio de la Ciudad y cada reforma o refacción que se le quiera hacer debe ser consultada con el Gobierno porteño. Ahora, todas las obras serán supervisadas", explicó la directora de Patrimonio, Liliana Barela. Más allá de la polémica, la denuncia despertó un alerta sobre los cambios que atraviesa el Mercado de San Telmo promovidos por el turismo. "El edificio tiene cada vez más anticuarios y locales de antigüedades y menos verdulerías y puestos de alimentos. Esto pasa por el turismo, se piensa todo para los extranjeros y el mercado pierde su función original, que fue pen sa d a c omo un servicio para los vecinos y un lugar en donde encontrar buena mercadería", cuestionó Nora Palancio Zapiola, vecina del lugar. Mientras tanto, los inquilinos se quejan porque hay poco trabajo y los costos aumentan: "Se nos hace difícil llegar a fin de mes. Pagamos 1.500 pesos por un local de menos de seis metros cuadrados. Ahora que hay poca gente trabajamos a pérdida", dijo una jubilada, que vende cuadros y reliquias. El Mercado todavía resiste con más de 200 puestos abiertos todos los días donde se conservan algunos de los motivos que explican el boom turístico de San Telmo: tesoros inhallables al alcance de la mano. 112 Son los años que tiene el Mercado de San Telmo, que fue inaugurado en 1897, como el primer mercado particular de la Ciudad.


Fuente: http://www.ee.larazon.com/ediciones/2009/02/27/default.asp

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