sábado, 28 de febrero de 2009

Obama y el retiro de tropas para el 2010: el principio del fin de la pesadilla iraquí

La realidad de Irak y la crisis económica le hicieron comprender al presidente Barack Obama que debe ser realista y pragmático para poner fin a uno de los peores errores de la historia de los Estados Unidos.


Por Alberto GaleanoLa realidad de Irak y la crisis económica le hicieron comprender al presidente Barack Obama que debe ser realista y pragmático para poner fin a uno de los peores errores de la historia de los Estados Unidos. El anuncio de que retirará la mayoría de las tropas en agosto de 2010, pero manteniendo 50.000 soldados para controlar la violencia, es un ejemplo de que se rige más por la realidad que por la verborragia, ya que durante la campaña electoral había prometido un retiro total en dieciséis meses. De aquel desastre militar del ex presidente George W. Bush, que invadió Irak en 2003 con el argumento nunca comprobado de que Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva, quedaron truncadas miles de vidas que pagaron caro este objetivo de construir un faro de democracia en Medio Oriente. "Ahora está claro que Washington y sus aliados estarán más que felices al establecer como meta dejar atrás un lugar donde no existen amenazas a sus vecinos ni para los intereses estadounidenses", dice el analista de la BBC de Londres, Keven Conelly. En estos días, hay un presidente Obama que se muestra más optimista luego de emprender la tarea de reconstruir los "cimientos" del país tras la crisis económica más severa de su historia, con un Estado que es la piedra fundamental para aumentar los impuestos a los más ricos y favorecer a los pobres. Obama recalcó que su administración inició una nueva era de liderazgo y compromiso en Medio Oriente, y prometió trabajar para promover un gobierno representativo en Irak alejado del terrorismo de Al Qaeda, al que Washington responsabiliza por los ataques del 11 de septiembre de 2001 que causaron 3000 muertos. Su discurso "es casi exactamente como la Administración Bush definía la victoria en Irak", opinó en una nota editorial el influyente diario The Washington Post. El rotativo también se pregunta si la estrategia de Obama, de extender de 16 a 19 meses el retiro de las tropas, que fue apoyada por su ex rival republicano en la carrera a la presidencia, el senador John McCain, será respaldada por los congresistas demócratas. Y es que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, expresó sus dudas sobre la razón de dejar 50.000 soldados después del retiro dentro de 19 meses de Irak, y el jefe de la mayoría en el Senado, Harry Reid, dijo que eran demasiados soldados los que quedarán en ese país después de agosto de 2010. El influyente matutino dice también que "gracias a la política exitosa de Bush en los últimos dos años -luego de reforzar las tropas con el envío de 30.000 militares-, hay razones para confiar en que la estrategia de Obama pueda conseguir su objetivo". La táctica del presidente negro estadounidense es compartida por el general David Petraeus, quien dirigió los años más exitosos de la guerra y que, de algún modo, le dio alivio a Bush e incluso al candidato McCain para poder tener una lucha digna en la reciente campaña presidencial. Obama sabe que un retiro completo de las tropas pondría en riesgo los avances conseguidos por Petraeus en cuanto a la seguridad y al endeble sistema democrático que vive en estos días el país árabe, que gobernó Hussein durante más de veinte años, apoyado por el grupo religioso sunnita. La decisión del flamante mandatario estadounidense de enviar más tropas a Afganistán y Pakistan, donde los talibanes se han robustecido en los últimos meses, parece ser la vía correcta, aunque no queda claro si finalmente podrá retirar todas las fuerzas de Irak en 2011. Pero, más allá de que cumpla o no su promesa de terminar con la guerra que le dejó Bush, la lucha de Obama está enfocada a resucitar la economía estadounidense, luego de que el Estado absorbiera esta semana el 36% del poderoso Citibank, en el marco de su rescate a entidades financieras. Los esfuerzos de la nueva administración norteamericana, sin embargo, resultaron estériles para impedir la caída del 39% de las acciones de dicha entidad, en una muestra de que el mercado no acepta la ingerencia estatal. Los analistas resaltan el coraje y también la valentía de Obama para enviar al Congreso ambiciosos presupuestos para 2010, en un giro de 180 grados a la revolución conservadora iniciada por Ronald Reagan en la década del 80. Aquel muchacho nacido en Hawai, de madre blanca y padre keniata, que un día dejó las drogas y el alcohol e inició un camino de sacrificio para convertirse en presidente de la Unión, no quiere pasar en vano por la Casa Blanca. Un ejemplo quizá sirva para mostrar lo que está ocurriendo en Estados Unidos en la era Obama: mientras el presupuesto de defensa crece 1,4%, el de Educación lo hace un 12%.


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