martes, 10 de marzo de 2009

Detuvieron a dos de los policías acusados de secuestrar delincuentes

Dos policías de la comisaría 44 del barrio porteño de Liniers fueron detenidos este martes acusados de secuestrar a un delincuente a quien le exigieron 40.000 dólares a cambio de su liberación, informaron fuentes judiciales y policiales. 

Por el caso, en el que hay un tercer policía prófugo, efectivos de Asuntos Internos y de la División Antisecuestros de la Policía Federal allanaron esta tarde la seccional 44, ubicada en Manuel Porcel de Peralta 726. 

La causa, caratulada "averiguación de secuestro extorsivo", está a cargo del fiscal federal Federico Delgado, quien no sólo solicitó al juez federal Marcelo Martínez de Georgi la detención de los tres efectivos sospechosos, sino también de tres supuestos barrabravas del club Vélez Sársfield que, según la investigación, actuaban en complicidad con los policías. 

Las fuentes revelaron que los efectivos detenidos este martes son el ayudante Patricio Eduardo Julio De Rose y el cabo Héctor Miño, ambos de la seccional 44, mientras que policía prófugo es el subinspector Enrique Omar Zabala, actualmente en la comisaría 35. 

Los presuntos barras de Vélez sospechosos de actuar en complicidad con los policías fueron identificados como Mariano Gastón Hierro, Christian Gabriel Galluzzi y Fernando Maximiliano Morales. 

Según la investigación, que cuenta con escuchas telefónicas comprometedoras para los policías, los efectivos solían arrestar o realizar falsos operativos contra delincuentes a los que les exigían dinero para liberarlos o para no armarles causas. 

El principal hecho ocurrió a las 20 del 4 de enero cuando fueron privados ilegalmente de su libertad Jorge Gregorio Díaz y Alejandro Ernesto Romano en una casa de Manzoni 362, del barrio Vélez Sarsfield, desde donde los llevaron y retuvieron en autos no identificables con balizas en el techo y vidrios polarizados, en jurisdicción de la comisaría 44. 

En las nueve carillas del dictamen -al que accedió Télam-, Delgado explicó que "la captura tuvo lugar cuando Díaz y Romano ingresaban a la vivienda y fueron sorprendidos por tres personas que descendieron de un vehículo exhibiendo armas de fuego con insignias de la Policía Federal al tiempo que gritaban ’alto policía’". 

Delgado señaló que "mientras recorrían la zona jurisdiccional de la seccional 44, mantuvieron sendas comunicaciones telefónicas con familiares y amigos de Díaz, a quienes le exigieron la entrega de 40.000 dólares para su liberación". 

La ex esposa de Díaz declaró en la causa que la noche del hecho fue citada por su ex pareja a la intersección de las calles Marcos Sastre y Virgilio, del barrio de Monte Castro. 

Allí se encontró con cuatro hombres que tenían insignias de la Policía Federal, decían ser de "Drogas Peligrosas" y le pidieron los 40.000 dólares de rescate. 

A modo de prueba de vida, a la mujer la dejaron hablar con Díaz, quien estaba secuestrado dentro de un Volkswagen Gol, hablando por teléfono con un amigo, el ex delantero de Boca Carlos Damián Randazzo, a quien le pidió que colaborara en juntar el dinero para su rescate. 

Finalmente el pago se frustró porque el caso fue denunciado a la comisaría 40 por un vecino de Díaz que vio cómo los supuestos policías con insignias de la PFA violentaron una puerta y se llevaron esposado a Díaz con manchas de sangre en su ropa. 

La comisaría 40 dio intervención a la División Antisecuestros que desplegó un operativo, por lo que cuando los delincuentes notaron que estaban siendo vigilados, liberaron a Díaz en la calle García y Ruiz Llanos y a Romano en General Paz y Avellaneda. 

El prófugo subinspector Zabala es el policía más comprometido en el expediente, ya que los investigadores determinaron que en el secuestro usó su auto particular, un Peugeot 206 bordó, su handy Nextel para hacer los llamados extorsivos y hay una pericia de audio que reveló que su voz es la misma que la que aparece en las escuchas telefónicas del caso pidiendo el rescate por Díaz. 

Respecto de Zabala, De Rose y Miño, el fiscal quiere que sus delitos se agraven "por su condición de policías en servicio de la seccional 44 y, de esa forma, aprovecharon su condición de tales -ya que habrían utilizado la vestimenta y armamento entregado por la fuerza- para poner en cautiverio a una persona". 

Delgado también explicó que los policías se "valieron de una víctima que se encontraba en situación de vulnerabilidad por cuanto se trata de una persona que estaría involucrada en una causa penal, con las limitaciones que eso podría significar para acceder a la justicia a fin de realizar la denuncia". 

El fiscal reveló que Díaz cuenta con una causa en curso en el Juzgado Federal 2 de San Isidro y que en su declaración en este expediente denunció que a fines de 2008 fue víctima de otro secuestro de similares características que no denunció. 

El fiscal aludió, además, a un encuentro que habría tenido el auto de los captores con un patrullero de la 44, "lo cual no hace más que confirmar que los secuestradores conocían al personal policial de la zona, o bien que se trataba de personas que integran esa misma fuerza". 

En la causa hay escuchas telefónicas de las que se desprende que los policías también cometieron otro tipo de extorsiones a narcotraficantes a los que no sólo les sacaban dinero, sino también a droga para venderla. 

Uno de los altos jefes policiales consultados por Télam lamentó que la causa haya trascendido a los medios, ya que estaban colectando las pruebas suficientes para poder detener y procesar a los policías investigados con más evidencias. 

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