miércoles, 13 de mayo de 2009

Una ambiciosa iniciativa de paz

Obama llegó al poder con demasiadas cuentas pendientes.

La de un plan de paz para Medio Oriente es una de las más significativas. El presidente estadounidense sabe que un éxito diplomático en este terreno le daría un enorme respaldo internacional y doméstico. Y está dispuesto a hacer una apuesta muy fuerte para tener un logro concreto en la región más violenta del planeta, antes del fin de lo que desea sea sólo su primer mandato.

El plan en el que está traba- jando la Casa Blanca va mucho más allá de un simple acuerdo palestino-israelí. Se trata de una "solución integral para todo el mundo musulmán". Algo que el rey Abdalá de Jordania definió en una entrevista con el diario The Times de Londres como "un futuro que abarca desde Marruecos en el Atlántico hasta Indonesia en el Pacífico".

La base del acuerdo sería crear el Estado Palestino -con Jerusalén del Este como capital bajo supervisación internacional- y ofrecer a Tel Aviv una "solución de 57 Estados", por el que todo el mundo árabe y musulmán reconocería a Israel.

Para tejer alianzas alrededor de esta idea, Obama recibirá en la Casa Blanca a tres de los máximos líderes de la región. El 18 llegará Benjamin Netanyahu, el 26 será el turno del presidente egipcio Hosni Mubarak y dos días más tarde estará en Washington el presidente palestino Mahmud Abbas. Después, las miradas estarán en el discurso que Obama lanzará para todo el mundo musulmán desde El Cairo el 4 de junio. Se espera que ese día el presidente estadounidense defina los parámetros del acuerdo. La elección de Egipto para este lanzamiento no es casual.

Se trata de un país que muestra una de las caras más modernas y moderadas del Islam.

El hombre que está trabajan- do detrás de las cortinas para conseguir que los 57 estados musulmanes e Israel acepten participar de esta iniciativa es George Mitchell, el negociador del acuerdo del Viernes Santo, en 1998, que pacificó a Irlanda del Norte. Mitchell, un veterano legislador demócrata, es el enviado especial para la región.

El escollo más importante pa- ra un entendimiento es la postura inflexible hasta el momento del dúo en el poder en Israel. Ni el primer ministro Netanyahu ni el canciller y hombre de la ultraderecha, Avigdor Lieberman, aceptan el concepto de la creación de los dos estados como ya había sido acordado en la última cumbre de paz de Annapolis.

Los árabes, por su parte, re- chazan la posibilidad de que en los acuerdos se incluya un punto por el que se deja de lado la demanda del regreso de los refugiados palestinos (dos millones) a sus antiguos territorios.

La habilidad de Obama estará a prueba en los próximos días en su intento por acercar las posiciones en estos puntos, que por ahora son irreconciliables.

Fuente: http://www.ee.larazon.com/ediciones/2009/05/13/N1_11N3.asp

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