Como en pocos lugares, en las librerías queda claro que el Bicentenario ya es un hecho. En el mundo editorial, la celebración está dando trabajo a historiadores, politólogos periodistas y críticos literarios, que colaboran en colecciones que buscan revisar la historia argentina, ponerla al alcance de un público masivo o rescatar textos poco conocidos de los personajes de los siglos XIX y XX para leerlos en primera persona.
En Emecé, por ejemplo, acaba de salir la Biblioteca Bicentenario, una colección de 20 títulos que "buscan rescatar autores clásicos de la historia del siglo XIX, prologados y anotados por Felipe Pigna", según contó a LA NACION su director editorial, Alberto Díaz.
El primer volumen es Plan revolucionario de operaciones y otros escritos , de Mariano Moreno. Seguirán, entre otros, Autobiografía y otros escritos económicos , de Belgrano; Escritos políticos , de Monteagudo; El crimen de la guerra , de Alberdi, y Escritos políticos , de Alem. "Son materiales que existen, pero de difícil acceso para el público general", dijo Díaz. "Buscamos hacer populares textos importantes para la conformación de la historia del país."
Ya para 2010, según contó Díaz, la misma editorial prepara una serie de libros con la Academia Argentina de Letras. Por ejemplo, una edición del Martín Fierro anotada por Francisco Petrecca, con un DVD con imágenes de películas, pinturas, fotografías y sonidos sobre el hombre de campo del siglo XIX. También Don Segundo Sombra , anotado por Alicia María Zorrilla; un Diccionario fraseológico del habla argentina , de Pedro Luis Barcia y Gabriela Pauer, y un Cancionero de las Invasiones Inglesas , con canciones, poemas, dichos y brulotes de la época.
"La intención es recircular textos clásicos de la historia y la memoria del país", dijo Díaz, que adelantó que también tienen un proyecto con la Academia de la Historia sobre los hombres de Mayo.
Con un espíritu similar, El Ateneo acaba de lanzar su colección Claves del Bicentenario, que tendrá dos subcolecciones. Por un lado, Pensamiento Político Argentino, con 14 títulos que seleccionan documentos, textos, discursos y cartas de personajes como Echeverría, Alberdi, Mitre y José Hernández, y movimientos como la generación del 80, el radicalismo, los nacionalistas y el peronismo, todos prologados por académicos de peso -Klaus Gallo, Carlos Floria, Hilda Sabato, Torcuato Di Tella y Ezequiel Gallo, entre otros- y con ilustraciones de tapa de Hermenegildo Sábat.
La otra será Breves Historias de la Argentina, con siete volúmenes que recorren distintos aspectos del país, como el sindicalismo, la literatura, la política, el espectáculo, el deporte y la economía, cada uno a cargo de un especialista, muchos de ellos periodistas de esas áreas.
"Queremos masificar la historia. Pensamos en una colección de divulgación, no son libros académicos ni eruditos. Queremos que la gente la guarde como una biblioteca y la use como material de consulta", comentó Luz Henríquez, directora de El Ateneo.
Este mes, aparecieron El pensamiento de los hombres de Mayo , prologado por Noemí Goldman, y Breve historia de la sociedad argentina , de Félix Luna.
En la editorial Del Nuevo Extremo, por su parte, armaron la Biblioteca Nacional de Identidad, con ocho títulos que comenzarán a salir en julio y que rescatan originales inéditos, memorias y autobiografías de próceres, cartas, proclamas y documentos literarios, con presentaciones y estudios preliminares.
Entre ellos, Patriotas , de Monteagudo; Un rayo de luz entre dos tormentas , de Nicolás Avellaneda; Sobre la misión del Congreso , de Mariano Moreno, y Memoria autógrafa , de Cornelio Saavedra.
"Es una colección pensada desde la historia y desde la literatura. Las primeras letras argentinas surgen de hombres políticos con inquietudes intelectuales, que produjeron ensayos con preocupación literaria", dijo el editor Carlos Sáez.
Taurus, en tanto, ya lanzó Explicar la Argentina, una recopilación de Jorge Lafforgue que reúne 19 ensayos escritos entre el 25 de mayo de 1810 y el 17 de octubre de 1945 por intelectuales relevantes del país, de Moreno a Jauretche, y por Aguilar se publicó Diario de Buenos Aires de 1810 , de Roberto L. Elissalde, que reconstruye la vida cotidiana porteña.
En el trasfondo común de las iniciativas de las editoriales quizás esté lo que resumió Sáez, de Del Nuevo Extremo: "Los modos de contar la historia no se han preocupado por escuchar las voces de los que la hicieron. No queremos la simplificación del éxito comercial ni el código cerrado de la academia, sino dejar que el lector escuche qué tienen estos hombres para decirnos hoy".
Las propuestas
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1139675
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