jueves, 12 de marzo de 2009

Con la ayuda de sus alumnos, una escritora recopiló en un libro los refranes y dichos del sur bonaerense


La obra póstuma de la escritora Lía Raquel Labrisca de Merino, reúne más de 2100 frases populares acompañados de una explicación de sus orígenes, que la propia autora -fallecida el año pasado- recogió con la colaboración de estudiantes de un colegio de Coronel Dorrego. "Tan arrugado que se pone el sombrero a rosca" y “cuando un burro rebuzna, el otro para la oreja” son algunas de las expresiones analizadas.

Un libro póstumo de la escritora Lía Raquel Labrisca de Merino, recopila más de 2100 refranes y dichos populares acompañados de una explicación de sus orígenes, que la propia autora -fallecida el año pasado- recogió en el sur bonaerense con la colaboración de alumnos de un colegio de Coronel Dorrego.

Recién publicado por Ediciones Estancia 11 de Mayo, "Refranes, dichos y otras yerbas", según contó a Télam el esposo de la escritora, Amaro Merino, "tiene la particularidad de incluir el origen y la explicación de cada refrán.

Fueron años de investigación en los que ’Kela’ contó con la ayuda de alumnos de segundo año del colegio San José, donde era profesora de Letras".

La idea surgió en 1997 con una anécdota ocurrida en ese mismo colegio donde la autora dictaba clases.

"Un día el curso se encontraba algo alborotado, y entonces para llamar la atención mi mujer les dijo: ’cuando un burro rebuzna, el otro para la oreja’, tras lo cual los chicos hicieron silencio y se ordenó el aula".

A partir de ese momento, la maestra les dio como trabajo práctico la recolección de refranes criollos. "Y se sorprendió con la enorme cantidad de expresiones populares que los alumnos habían conseguido", mencionó Merino.

La escritora repitió esa modalidad de trabajo práctico con otros cursos, y luego en forma personal siguió recolectando refranes, hasta que charlando con docentes y amigos, decidió reunir todo ese material en un libro.

"Así tomó forma esta obra inédita en la provincia que luego de su muerte hemos podido publicar como era su deseo", apuntó Merino.

En el prólogo, la escritora deja escrito que: "Resulta casi ocioso decir que amo el tema de esta investigación en la que empeñé lo único que no se recupera en esta vida: el tiempo. Tiempo que no me sobró jamás, que tuve que crearlo, dejando de lado otras actividades, pasatiempos, descuidar a la familia y los amigos".

La autora explica, además, que la recolección "está hecha con gran seriedad metodológica y respeto por las versiones. No me tomé la licencia de modificar, amenguar o bajar el tono -siquiera levemente- a alguna expresión chocante o burda de algún refrán. No creo que alguien pueda tener derecho de modificar las fórmulas que el pueblo creó".

Cada refrán, explicita la investigadora, "está ordenado según el abecedario a partir de la primera letra, salvo en los casos donde la versión comienza con los artículos el, la, un, una y sus plurales, en los que se ordenó por la letra siguiente".

Egresada de la facultad de Letras de la Universidad Católica Argentina (UCA), la escritora falleció el 14 de julio pasado. En diciembre su obra fue presentada en Coronel Dorrego, y en febrero último, se hizo lo propio en el balneario de Monte Hermoso. Entre las frases más comunes que generan risa, y que puntillosamente son explicadas en el libro por Labrisca de Merino, figuran expresiones como "tan arrugado que se pone el sombrero a rosca".

Y la autora señala que el dicho "está basado en la exageración de suponer que alguien tiene tantas arrugas en la cabeza que se pone el sombrero a rosca. Este refrán circula en ambientes informales y se emplea como un chiste para señalar a quien tiene esta característica".

Otro refrán dice: "Tapate la cabeza aunque al culo lo parta un rayo", sobre el cual la escritora señala: "en forma de orden, con sabor a chiste, ridiculiza a los que cuidan sólo una parte de su cuerpo. Se usa como chanza".

Al respecto, ejemplifica la investigadora: "Llueve y una señora ve que el riego está abierto a pesar de haberle pedido a su hijo que lo cerrara. El padre le da un paraguas para que lo haga y cuando termina le dice: "Tenés el paraguas mal colocado. Como dicen, ’tapate la cabeza aunque al culo lo parta un rayo’. Otro día te vas a acordar de cumplir lo que tu madre te pide".

Fuente: http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=138276&id=280569&dis=1&sec=7

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