La apertura de la temporada 09 trae también fotografías de Manuel Alvarez Bravo
En los últimos años de su vida, Rivera, muy mal de salud, viaja a Rusia a realizarse todos los tratamientos que pudieran ayudarlo con su enfermedad. Por supuesto que su ideología le impedía hacer esto en Estados Unidos, así que Moscú fue el lugar elegido para su curación. No había pensado pintar allí, pero su compulsión productiva siempre fue tan fuerte que nos dejó esta obra: Desfile del 1° de mayo en Moscú (1956). El magnífico cuadro de Diego Rivera pone fin al recorrido comentado por Cándida Fernández, curadora de la muestra que trae parte de la colección Banamex (Banco Nacional de México) para inaugurar la temporada 2009 de Malba.
"Esta muestra es una gran ventana a sesenta años de la cultura mexicana y a todo su arte moderno. Y es una exposición que nunca se había realizado en la Argentina y que teníamos muchas ganas de hacer", dice Fernández. A este envío se suma una colección de fotos vintage de Manuel Alvarez Bravo (ver ) lo que convierte al museo de
Suman sesenta las pinturas de más de treinta artistas
"Qusimos reflejar las principales corrientes pictóricas desarrolladas en México en los primeros sesenta años del siglo XX, desde las obras realizadas con una fuerte impronta europea, pasando por la Revolución Mexicana y abriéndonos paso hacia la Escuela Mexicana de Pintura. Todo esto, entre la manifestación muralista y la pintura de caballete; entre la vuelta a las raíces indígenas y su tono nacionalista y la voluntad por vincularse con las tendencias internacionales" explica Fernández.
El resultado es de una variedad avasallante. Como si la revolución de la pintura en México hubiera afectado géneros universales como el paisaje, los retratos, las naturalezas muertas, los temas religiosos, las dimensión mural y costumbrista y hasta un repaso por el surrealismo y el expresionismo.
En este recorrido, Malba ha dispuesto en forma privilegiada El Sacrificio Humano de José Clemente Orozco, una pintura de grandes dimensiones que cuenta historias ancestrales. Con trazos firmes, este artista de la Escuela Mexicana, pintó a uno de los miles de aztecas ofrecidos en sacrificio a su principal dios, Huitzilopoctli, en el momento en que los cuatro sacerdotes designados arrancan el corazón de la víctima. Muy cerca, un perfecto boceto de Diego Rivera muestra un ejército prehispánico a punto de salir al campo de batalla. Completa este set David Alfaro Siqueiros, con los colores de la tierra y la fuerza de los ancestros indígenas en su cuadro
Fuente: http://www.clarin.com/diario/2009/03/12/um/m-01875112.htm
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