
Fue una noche que vio nacer un nuevo espacio para la Ciudad, el Museo Borges, en Anchorena 1660. La anfitriona de su preinauguración fue la viuda del escritor, María Kodama. "Los museos favoritos de Borges eran el de Arte Decorativo y el Fernández Blanco. Es una alegría poder darle a esta ciudad este espacio que espero poder inaugurar en forma definitiva a mediados de 2010", dijo Kodama. Mientras en la fachada del museo proyectaban un documental sobre la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, en el interior se podían apreciar libros de la biblioteca del escritor. Uno de ellos es del filósofo chino Chuang Tzu, de 1916, que Borges leía de adolescente y donde se distinguen observaciones escritas con su letra. Allí estaba el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, quien contó: "la Noche de los Museos sigue creciendo y estimula a que se abran nuevos espacios. Y también a que se genere un diálogo intergeneracional, porque es la noche en que salen las familias completas".
Frente al MALBA a las 20.30 ya había tres cuadras de cola. En los primeros 20 minutos entraron 300 personas y esperaban a 6.000. Algunos iban por primera vez, seducidos por la muestra de arte latinoamericano sin pagar los $ 15 de la entrada. Otros, como Enriqueta y Ana (dos coquetas amigas que rondaban los 70), llegaron interesados en la exposición "Andy Warhol, Mr América", con 170 obras del artista pop. "Si bien va a seguir, verla hoy es especial porque hay mucha alegría en la calle. Pero habría que haber empezado más temprano", dijeron. A los que hacían cola sobre Figueroa Alcorta, los sorprendió una caravana de Citroën 3CV que iban al Planetario, donde se hacía una muestra por los 90 años de la marca francesa.
Si de cine bizarro se trata, no quedó atrás la experiencia de ver viejas películas mudas nacionales, como "Nobleza gaucha" (1915), resignificadas con la música en vivo de Fernando Kabusacki y The National Film Chamber.
Otra propuesta novedosa fue la de Cancillería, que ofreció visitas guiadas por el Palacio San Martín con traducción al lenguaje de señas. El Palacio alberga una colección de arte precolombino, el Museo de la Diplomacia, y documentos históricos, incluyendo unos firmados por San Martín. El público desbordó y había tres cuadras de cola. Despertaron mucho interés viejos libros para tramitar el pasaporte, uno de ellos con la página que completó Carlos Saavedra Lamas, el Premio Nobel argentino en 1936. También, el legajo de Benito Quinquela Martín que trabajó en Cancillería y en el jardín, un pedazo del Muro de Berlín, donado por Alemania.
En la zona de las facultades de la UBA, hubo un museo no apto para impresionables. El de Patología, en Uriburu 951, donde algunos curiosos se animaron a ver piezas de cuerpos humanos o fragmentos anatómicos patológicos.
Otros sorprendieron: en San Telmo, el Museo Histórico Nacional exhibió 50 daguerrotipos, que entre otras cosas, permitieron conocer la verdadera cara de San Martín, reflejada en una imagen tomada en París en 1848 y muy lejos del bronce.
La fiesta central, también con muchísima gente fue frente a la ex cervecería Munich de Costanera Sur, ahora sede de la Dirección de Museos. Juana Molina le puso extraños sonidos musicales a un collage de secuencias sobre la Ciudad del noticiero Sucesos Argentinos, entre los años 30 y 70. Se vio, por ejemplo, la reacción de los porteños en los 70 ante una chica que se paseaba en bikini en el microcentro. El cierre fue con la música de los DJ Leo García y Nico Cota y las imágenes de los VJ Sol del Río y Matapixels. Hasta que, ya en la madrugada, los museos fueron cerrando. Y la gente volvió a su casa con la complicidad de haber compartido una noche mágica con miles de desconocidos.
Fuente: http://www.clarin.com/diario/2009/11/15/um/m-02041462.htm
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