jueves, 11 de junio de 2009

En un documental, los integrantes de "La Colifata" se preguntan qué es la locura


En "LT 22 Radio La Colifata", Carlos Larrondo registra la valiosa experiencia terapéutica y social que esa emisora ofrece a los pacientes del neuropsiquiátrico porteño José T. Borda. Además, plantea la inevitable pregunta acerca de qué es la locura y quiénes son realmente los locos.

Carlos Larrondo es el autor de "LT 22 Radio La Colifata", un documental que registra la valiosa experiencia terapéutica y social que esa radio ofrece a los pacientes del neuropsiquiátrico porteño José T. Borda y que además plantea la inevitable pregunta acerca de qué es la locura y quiénes son realmente los locos.

La película se está proyectando en el marco del XI Festival Internacional de Derechos Humanos, DerHumALC, y mañana se verá en la cárcel de mujeres de Ezeiza, con la presencia de varios de los "colifatos", tal como se hacen llamar los internos y ex internos del Borda que integran la radio.

"La locura está en todos lados, adentro y afuera del hospital, pero según la sociedad en la que vivimos lo que no encaja en los parámetros de una supuesta normalidad es locura y entonces hay que encerrarlo. Es como poner la basura debajo de la alfombra", afirmó Larrondo, cineasta argentino radicado hace 10 años en Barcelona.

En una entrevista con Télam, el director -cuyo filme revela la dignidad y la necesidad de amor que conservan todos esas personas- destacó que "la radio La Colifata levanta esa alfombra y muestra la realidad social, ha transcendido lo que es la psiquiatría y la locura, y va mucho más allá".

El filme, que se editará en Alemania este mes y ya recorrió festivales en España, Cuba, México e Inglaterra, registra la tarea desarrollada por Alfredo Olivera, creador de la radio en 1991 y según quien la emisora "sirve a los internos para recuperar un lazo con el otro, establecer un vínculo social y verse implicados con ese vínculo".

Con testimonios de los propios internos del Borda, Lalo Mir y Manu Chao -quien además interpreta la música del filme e invita a los "colifatos" a participar de sus recitales en Buenos Aires-, la película describe la fuerza de transformación que esa radio tiene aquí y en muchas otras radios del mundo que siguieron su ejemplo, como en España, Francia e Italia.

"El valor de La Colifata es sobre todo la dignidad que le otorga a la gente, ya que los dignifica como seres humanos, con sus propias opiniones, su subjetividad, y ellos se sienten útiles y reconocidos, sienten que son personas y no un desecho olvidado en un hospital", afirmó Larrondo.

Según el cineasta, "no sólo a ellos los coloca en otro lugar, sino que nos hace reflexionar desde un punto de vista que nunca tenemos y en ese sentido también es terapéutico para nosotros, porque podemos conocer la realidad desde su punto de vista, y nos acerca y quita distancia entre nuestras diferencias".

"Es sin lugar a dudas una película política en el sentido de que, más allá de las opiniones de los internos, es necesario un reordenamiento de la sociedad con respecto a la salud mental no sólo en la Argentina sino en el mundo", dijo Larrondo, y agregó: "La película y la radio son dos pasos hacia adelante en este sentido".

"Tenemos derecho a ser felices", dice uno de los internos entrevistados en la película, mientras que Trinity -otro interno- opina que "hay momentos en los que el Borda se convierte en un paraíso, en un refugio, pero por momentos te enterás de cosas muy graves que no tienen solución".

En la película, Trinity afirma que en la mayoría de los neuropsiquiátricos del mundo "se le quita el derecho de opinión al paciente durmiéndolo a la fuerza, para que se olvide quién es. Son un depósito de alienados y momias andantes". "Hay que estar lúcido para resolver tu propia existencia, no dopado.

Porque si no, sos una pastilla que camina, se babea como un chico, se defeca encima, deja de ser un ser humano para ser un animalito", agrega el interno entrevistado.

"¿Quiénes son los verdaderos locos? ¿Ellos o nosotros?", se pregunta otro de los internos y compara a sus compañeros, que tratan de salir adelante y hacer el bien a sus semejantes pese a las condiciones paupérrimas en las que viven, con el ex presidente estadounidense George W. Bush, a quien considera un "verdadero" loco.

"El loco más grande que conozco se llama George Bush y no está en ningún manicomio", agrega en ese sentido el propio Manu Chao, mientras que otro de los internos dice: "Es mejor ser loco que cuerdo. No me molesta que me llamen loco ni me halaga que me llamen cuerdo".

Larrondo, para quien la locura "es algo universal que no entiende de razas, cultura ni condición social, porque nos involucra a todos", denuncia, además, la intención del jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, de cerrar el Borda y los hospitales Tobar García y Braulio Moyano.

"Es una barbaridad, la solución no es cerrar los hospitales sino brindarle los medios y crear centros de atención paralelos. Lo peor de todo es que se sospecha que detrás de estos cierres hay en realidad una especulación inmobiliaria", advirtió el cineasta.

Fuente: http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=149476&id=296619&dis=1&sec=12

No hay comentarios:

Publicar un comentario