jueves, 25 de junio de 2009

La libertad que renació del Muro

Durante la gran fiesta del 9 de noviembre próximo, cuando se conmemoren los 20 años de la caía del Muro de Berlín, la capital alemana aportará un hito conmovedor:

miles de alumnos berlineses formarán un dominó humano a lo largo del trazado original y empujarán tablones de plástico de 1,30 m por 0,80 m, simbolizando la histórica caída. Se aproxima la fecha y aumenta el interés en la conmemoración. Por eso en París, la muestra "1989-2009, Mur de Berlin. Artistes pour la liberté", planificada hasta el 1º de junio en los jardines del Palais Royal, extendió su cierre un par de semanas.

La exhibición es tan impresionante, como conmovedora fue su apertura. En medio de una escena compuesta por más de treinta obras de artistas internacionales, creadas sobre fragmentos del Muro de Berlín, la violonchelista china Guo Li interpretó las tres primeras suites para violonchelo de Bach, como homenaje a la inolvidable actuación de Rostropovich el 11 de noviembre de 1989, frente a los restos del Muro.

La muestra de París llegará a Berlín el 11 de julio y se quedará hasta el 10 de agosto. Entre el 5 de noviembre y el 6 de diciembre estará en el Centro de Arte Contemporáneo de Winzavod, en Moscú. Le cupo al coleccionista Sylvestre Verger el mérito de haber reunido las creaciones plásticas de artistas como Eduardo Chillida, Luciano Castelli (cuya "Libertad encadenada" es una obra sublime), Gérard Fromanger, Richard Long, Thierry Noir, Bernard Pagés, Sol Lewitt, Ilya Kabakov, Adam Steiner, entre quienes ya en 1990 rindieron un tributo a la libertad, volcando sus creaciones sobre fragmentos del Muro extraídos del lado del Este. En el catálogo de la exhibición, Verger recurre a la sabiduría de Goethe para transmitir un mensaje imprescindible: "Aquellos que no pueden aprender lecciones de 3000 años, sólo viven el día a día".

Sobre los enormes trozos de cemento se han creado pinturas, esculturas, collages y grabados que multiplican rostros, símbolos del comunismo caído, puentes imaginarios entre aquellos dos mundos de la Guerra Fría y hasta una Caja de Pandora que no puede abrirse, porque encierra un trozo del antiguo muro para que las nuevas generaciones no tengan que vivir el oprobio de otra cortina de hierro. Aunque a veces, las lecciones no terminan de aprenderse. Basta mirar hacia Ceuta y Melilla, en el norte de Africa; y la frontera entre México y Estados Unidos, y los territorios ocupados en Gaza y Cisjordania, donde los muros de la vergüenza se reproducen.


Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1143093

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