sábado, 23 de mayo de 2009

Las galerías porteñas recuperan su brillo

Luego de un período de decadencia causado por los cambios que generaron los shoppings, se recuperan y su nivel de ocupación ronda el 80%. Restauración y cambio es su lema: algunas recuperaron su patrimonio arquitectónico y otras cambiaron su rubro, especializándose.

Las galerías porteñas nacieron durante la primera mitad del Siglo XX y reinaron hasta que en los `80 irrumpieron los shoppings y cambiaron los hábitos de compra. En 2000 estaban casi vacías. En 2005, comenzaron a renacer. Ahora resisten y algunas incluso crecen.

Y esto sucede a pesar de que la tendencia (de todos los locales, en galerías o en calles) es negativa: según un informe de Reporte Inmobiliario, en el perímetro comprendido entre Florida, Callao, Santa Fe y Avenida de Mayo la cantidad de negocios vacíos creció 13,5% durante 2008.

Humberto Giordano, vice- presidente de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA), cuenta que se estima que el nivel de ocupación de locales de las galerías en toda la ciudad ronda el 80%. Según la zona y el prestigio, esta cifra puede caer hasta el 60% o trepar hasta el 100%.

Es el caso de la completamente ocupada Galería Güemes -en Florida 165- que recibe unos 20 mil visitantes diarios. "El resurgimiento está consolidado. Se empezó a notar hace poco más de un año, cuando se terminaron las obras de restauración del abovedado y las cúpulas", cuenta Humberto Magistrelli, el administrador.

Edith y Josefina, propietarias de la tabaquería Ko’ E’ Yu’ desde hace cuatro décadas, cuentan que si bien vendían más hace 30 años, siguen bien y que "de la galería no nos vamos a ir nunca. La luz que se filtra de las cúpulas y la arquitectura art nouveau son únicas. Y hay seguridad y nos conocemos todos". ¿Su clientela cambió en algo en los últimos veinte años? "Sí, ahora vienen muchas mujeres. Y sommeliers que combinan cigarros con bebidas". También se juegan por la galería los dueños del complejo Piazzolla Tango: están en obra y reinauguran en junio.

Otra que está a full es la Galería París, en Acoyte y Rivadavia.

Allí, hay lista de espera para conseguir locales. Laura, encargada del local de Lancome, cuenta que "el movimiento comercial sigue siendo bueno pese a la crisis, nosotros estamos muy conformes".

La galería tiene un atractivo extra: un mural pintado por Juan Carlos Castagnino, "Hombre, espacio, esperanza".

Por su arte atrae especialmente la Galería Santa Fe, en Santa Fe 1660. Allí puede gozarse de un placer único: tomar un café bajo murales de grandes plásticos argentinos como Luis Seoane, Juan Battle Planas, Leopoldo Torres Agüero, Noemí Gerstein, Gertrudis Chale y Raúl Soldi. La estrategia de esta galería es el cambio: se está convirtiendo en un centro de arte además de comercio. "Hace 18 meses terminamos la restauración de los murales. Además, desde este año somos parte de Gallery Nights. Y ofrecemos un ciclo de conciertos con la Orquesta Juvenil del Congreso Nacional. El viernes 5 de junio a las 18 vuelven a presentarse", relata Susana, de la administración.

La galería San José de Flores, en Rivadavia 6836, es de las que conservan su glamour casi intacto, con su esmerada arquitectura y su famosa cúpula pintada por Juan Carlos Castagnino, Enrique Policastro y Demetrio Urruchúa.

Allí, "el nivel de ocupación es constante, la galería funciona", cuenta su administrador, Ricardo Gómez. "En 2001 y 2002 llegamos a tener doce locales desocupados sobre el total de 95.

El año pasado teníamos cuatro.

Hoy, en plena crisis, tenemos apenas ocho locales vacíos".

Las otras galerías, las menos famosas, resisten porque cambiaron: "Se han transformado en centros de servicios", explica Giordano y detalla: "receptorías, ropa a medida y centros de reparación de diversos objetos".

Y hay temáticas. Como Bond Street, en Santa Fe y Rodríguez Peña, el exitoso reino alternativo con casi el 100% de sus locales de tatuajes, body painting, piercings y moda rara, ocupados. O la Galería Jardín, el centro de los cibernéticos Allí "no se siente la crisis. Son 210 locales del mismo rubro e igual viene muchísima gente", cuenta Carlos Pangrazi, el administrador.

A fuerza de restauración y de cambio, las galerías porteñas le dan pelea al Siglo XXI.

Fuente: http://www.ee.larazon.com/ediciones/2009/05/23/N1_4N1.asp

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